miércoles

Recibimos la visita de unos amigos de El Rey. Hablaron de sus hijos. Los había olvidado, no recordaba que existen.
Después de casi dos décadas sin saber de ellos. No recordaba las tardes que pasamos juntos ni el dolor que se supone que vino cuando dijeron que no éramos amigos; J.Walters sí lo recuerda. Dejó muy claro a ambas partes que no quedamos porque no somos amigos ni había interés.

"Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre", es esta ocasión no hay nada por lo que llorar ni que defender. Simplemente dejar en el olvido, no recordar. No prestar atención. Ninguna parte obró bien, si lo pensamos fríamente. Unos progenitores no actuaron y los otros tomaron derechos.
Estos días la garganta la tengo fastidiada para preguntar qué importancia tiene ahora la inexistente relación. Y en aquellos días no tenía voz para preguntar por los absurdos concedidos.

He recordado, no ha dolido, que olvidar se me da bien. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario