Lo atrasé más tiempo
del que debiera. E hice malas ópticas para justificar. Y es momento de abandonar.
Otro año más es innecesario. Además es fácil cuando no hay anclas.
El discurso está preparado, casi es la verdad.
Admito muchas
tonterías que he hecho y es el momento de dejar de hacerlas.
Y seamos francos:
no hay milagros por los que sonreír.
Querer `correr´ es una maldición.
Los logros
conseguidos no tienen valor porque no se esperaba otra cosa.
Hay que cambiar el camino, saber la dirección a la que ir y afrontar que se fracasó.
Cuando se rinde ¿Qué puede importar, ahora, cualquier cosa? ¿Qué queda?
No hay comentarios:
Publicar un comentario