Hablé con Medusa y fui al departamento para ver los cambios [dos departamentos en uno].
Vi a Bonsai y quise darle un abrazo ¡No iba solo de negro! Me contuve.
También vi a CuentaCuentos.
Señora estaba fuera del departamento. Compartimos un buen rato. Recordó que me estoy asfixiando, pero `todos y ningún´ sitio conozco para estar.
Mis progenitores cuentan que cuando empecé a escribir la carta a los Reyes Magos, pedía el polvo de Campanilla que tiene para hacer volar a Peter Pan. Me decían que no era posible y yo contestaba `¡Son Reyes Magos- Magos!´. Un año recibí una varita de polvos picapica. Ellos sabían que era por volar, pero no preguntaron a dónde.
Sé para qué los quería. Sé para qué los quiero todavía.
Caminando últimamente he notado que cuesta más levantar los pies.
Hace unos años pedí un atlas a los Reyes Magos, quería un viaje. Una escapada a mi ritmo. Unos mapas impresos.
Ir lejos. Sin miedo. Descubrir. Estar sin culpa.
Tiempo al tiempo es gracioso cuando no se tiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario