martes

Todos lados. Ningún lugar.

Hablé con Medusa y fui al departamento para ver los cambios [dos departamentos en uno].
Vi a Bonsai y quise darle un abrazo ¡No iba solo de negro! Me contuve. 
También vi a CuentaCuentos.

Señora estaba fuera del departamento. Compartimos un buen rato. Recordó que me estoy asfixiando, pero `todos y ningún´ sitio conozco para estar. 

Mis progenitores cuentan que cuando empecé a escribir la carta a los Reyes Magos, pedía el polvo de Campanilla que tiene para hacer volar a Peter Pan. Me decían que no era posible y yo contestaba `¡Son Reyes Magos- Magos!´.  Un año recibí una varita de polvos picapica. Ellos sabían que era por volar, pero no preguntaron a dónde.

Sé para qué los quería. Sé para qué los quiero todavía. 

Caminando últimamente he notado que cuesta más levantar los pies. 

Hace unos años pedí un atlas a los Reyes Magos, quería un viaje. Una escapada a mi ritmo. Unos mapas impresos. 

Ir lejos. Sin miedo. Descubrir. Estar sin culpa. 

Tiempo al tiempo es gracioso cuando no se tiene.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario