Mi relación con C.Cano, Compinche y Mera es diferente a la que El Rey cree tener derecho. Así que me descojono cuando, junto con La Bruja, miran lo que he bebido o lo que no.
Sé mi límite y que las rubias no son buenas para mi, pero no sé donde vi que era buena idea ayudar a rebajar el vaso para irnos antes.
Se empeñaron en salir a tomar unas cañas [y morenas no las hay o no las he visto. Ni hay tradición de beberlas]. La bajada era fácil... subir la cuesta no sé si era por lo empinada o por las que llevaba [puede ser ambas, no descarto esta opción]. He descubierto que el whiskey con agua está dulzón [y entra muy fácil].
Y que mis tíos tienen un master en filosofía de bares que se resume en `las mujeres son malas y están muy buenas´ [añado: con sus excepciones].
Cuando íbamos a retirarnos, la luz de la casa de Sangre estaba dada. El Rey hizo camino a ver a su hermana. El resto siguió camino a la casa.
Yendo para la cama, nos juntamos en la cocina ¡Y más cervezas! [la hidratación es un tema muy serio]. Y no sé cómo terminamos bailando, cantando [o berreando las canciones que leíamos, cuando la letra estaba], por no decir que hicimos un estupendo coro a bases de `uuuuu´.
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