miércoles

Tranquilidad, ya te extrañaba. 
No hay nervios por las contestaciones a preguntas ni gestos corregidos. 
Pensar en gaviotas sin decir que son mariposas. O beber agua sin una conversación vacía. 

Estar en guardia hasta cuando dormía. Difícil tiempo de descanso.

Papeles de ideas que ya no tienen que estar escondidos. Ni con cuidado por si se llegara a ver el garabato. 

Respirar. Escuchar el ruido de los coches pasar o mirar por la ventana. Sonreír sin tener que explicar por qué. 
Libros abiertos unos con otros por cualquier sitio.  O un post- it que indica que tengo que tirar la basura. 

Volver a poner las películas en su estantería. 

Querer olvidar datos que torturan porque los recuerdos no son todos bonitos. Completar una lista de curiosidades que entregar y no poder ponerlas todas porque sería incorrecto. 

Tender una camisa y unos pantalones rotos que todavía no tiro. Coger un vaso y querer estallarlo, los cristales no harán sangrar.

Recordar un chiste malo. O simplemente estar. 




viernes

Con la vuelta de El Rey y La Bruja a mi tierra la mudanza a mi nuevo territorio fue rápida y con quejas porque el saber si ocupa lugar [en mi caso tres maletas].

El pueblo está bien para una visita de fin de semana, o como mucho una semana. Más de esos límites acaba con la buena voluntad. 

She-Hulk está bien, con nervios por las preguntas de nuestros progenitores sobre la reforma y queriendo que se queden más tiempo. 

Mientras yo ¡Quiero dar una maldita vuelta sin destino ni preguntas para pillar! Quiero alejarme con bolígrafo y papel, sentarme en un banco y dibujar sin que cuestionen por qué un delfín o una frase que no llegarán a ver. 

Anhelo la tranquilidad de ¿ser?


Es la primera vez que la televisión que se pone y no se apaga. Nos concentramos a ratos y murmuramos la locura de las noticias. No hay mucho cambio en el tema de conversación aunque tampoco es que charlemos mucho.

Ya no hablo con El Rey a menos que me haya quedado sin opciones. Habíamos llegado a un punto de comunicación inviable. 
No me vale como respuesta que al ser ascendente pueda tener licencias que condena al dueño de la casa en la que estamos. 
A momentos me recuerda un intento de el gran Gatsby. En caricatura. 

Con La Bruja he tenido un par de choques: necesito respirar.  Y Compinche cuando se entona [antes era un ciclo: día sí- día saliente de guardia - día manitas; ahora : hoy sí y en cuanto pueda también, si no para mejor] no ayuda, ahoga más.
¿Cuán difícil es entender que conozco mis límites? 


sábado

¡Que en el pueblo no falte cerveza! - aunque no me sean buenas las rubias-

Mi relación con C.Cano, Compinche y Mera es diferente a la que El Rey cree tener derecho. Así que me descojono cuando, junto con La Bruja, miran lo que he bebido o lo que no.

Sé mi límite y que las rubias no son buenas para mi, pero no sé donde vi que era buena idea ayudar a rebajar el vaso para irnos antes.

Se empeñaron en salir a tomar unas cañas [y morenas no las hay o no las he visto. Ni hay tradición de beberlas]. La bajada era fácil... subir la cuesta no sé si era por lo empinada o por las que llevaba [puede ser ambas, no descarto esta opción]. He descubierto que el whiskey con agua está dulzón [y entra muy fácil].

Y que mis tíos tienen un master en filosofía de bares que se resume en `las mujeres son malas y están muy buenas´ [añado: con sus excepciones].

Cuando íbamos a retirarnos, la luz de la casa de Sangre estaba dada. El Rey hizo camino a ver a su hermana. El resto siguió camino a la casa.

Yendo para la cama, nos juntamos en la cocina ¡Y más cervezas! [la hidratación es un tema muy serio]. Y no sé cómo terminamos bailando, cantando [o berreando las canciones que leíamos, cuando la letra estaba], por no decir que hicimos un estupendo coro a bases de `uuuuu´.   


domingo

El Rey y yo no hemos llegados a las manos porque La Bruja ha intercedido y nos puso en orden. 
A veces creo que no hemos llegados porque sabe que no puedo contestar, aunque ello no le quite para hinchar pecho. Compinche estuvo presente en un rifirrafe ya no bromea tanto; C.Cano quiere hacer burla y le cuesta recordar que tampoco fue hijo ejemplar.
He intercambiado algunas frases con Señora. Por lo menos sé que leer. 

Menos mal que Zaragoza ha pasado el día en el pueblo. Somos táctil. 

Salí de la casa de C.Cano para perderme.Salí sin compañía, a mi paso distraído. Volví con equilibrio.


  
Ha muerto la mujer del practicante. La estimaba mucho. Era muy atenta, cariñosa y lista. Una buena mujer.

viernes

Como dije WyW no dejan descansar. Los gritos de desacuerdo por cómo actuar acompañan a los susurros para que no se oigan. Y no estamos, todavía, bajo el mismo techo. La Bruja ya no tiene deberes con Wendy, El Rey menos [que para los suyos todo tenga excusa y cuando es de los otros todo sea pamplinas].

Compinche tiene sus ciclos, así que es quien más en su sitio pone a Wendy. 
C.Cano siendo el mayor es el hermano más protector, sale más perjudicado de las gilipolleces de WyW.
La familia no se escuchan cuando hablan-mos. Se acentúa en cada conversación. 

No soy familiar porque no hay tiempos tranquilos de ser. No hay refugio con ellos. ¡Nemo propheta acceptus est in patria sua! Es un continuo tener que  explicar que ahoga sin estar en piscina.

Señora mandó unos títulos para información. Y no tengo una Biblioteca cerca, en unos días creo que sí seré capaz de obtener las obras.