Más de dos años desde que hice fotografías. Las ocasiones se trucaban. Casi lo hace otra vez. Éste fin de semana un compañero quiso quedar sin gastar, así que propuse pasar una mañana con las cámaras.
Él pasó todo el tiempo pendiente de que no cayera- ¡Viva la accesibilidad en los sitios públicos!- por lo que llevó la cámara a modo de collar.
En cambio, yo ya no puedo levantar el dispositivo para ver que captura. Opté por hacer fotografiar calculando la perspectiva y/o preguntando para que me levantara las manos hasta que me cansé de no tener la espontaneidad.
Hoy en una consulta con la enfermera me preguntó ¿Qué hobbies tienes? No había dado cuentas de las cosas que me gustan hacer y ya no tengo capacidad física. Preguntó, también, por si me había rendido o me he rendido. Si tengo miedo por el futuro. Si quiero continuar - no con la consulta, le recordé que soy provida-. Si me he preguntado por qué.
Por lo que sé me complico la vida, tengo momentos - días - malos como todos. Tengo más curiosidad por lo que no sé que hastío por lo que sí sé. Ha habido, hay y habrá tentación de rendición es la vía más fácil. Por la experiencia, me gustan los problemas.
Llegué a tener impotencia, lo confundí con miedo. No tengo miedo. Tengo impotencia porque no puedo hacer fotografías sorpresas, pescar ni levantar la botella de 5 L. de agua para dejarla en la mesa...
Soy provida.
No, no me he preguntado por qué, sí me he preguntado ahora qué- cómo hago & dado gracias porque tengo alguna respuesta.