No entiendo las despedidas. No son seguras. O se dice lo que no se debe o se calla más de la cuenta. Terminan en incógnitas.
Tampoco entiendo los después, porque no son seguros. Es más tortuoso, la espera es dañina.
El miedo está presente en ambos casos. No hay auch cuando se olvida, hay que aprovechar cada momento y mientras dure recordar.
Es triste. Es alegre. Es melancólico. Es crecer. Es sufrir. Es la vida golpeando, diciendo que está transcurriendo. No importan las preguntas, las respuestas tampoco; lo dicho ni lo hecho. Tampoco lo que se ha entendido.
El miedo está presente. La duda se consigue silenciar cuando no hay memoria y todo es confuso en tiempo y espacio. No hay más cabida a otros [sí, voy a poner la palabra] sentimientos. Una necesidad de quedarte sin respiración para seguir adelante.
No estar presente.
Relaciones pérdidas; inexistentes o que germinan. Nulidades diferentes.
La responsabilidad, la carga, es obligación ¿Voluntad en apuesta?
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