Conseguí hablar con J-D. También le comenté la miopatía. Buenas horas de tonterías por ver qué camino seguir. Dice que voy a la aventura [y es él quien me sigue la mayoría de los paseos].
Aprovechamos la tarde para ir al cine...peculiar la película porque no sabemos si nos gustó o no, indagando vimos que estaba basada en una trilogía.
J-D lo está pasando mal. No sé qué hacer para ayudarle ni él lo sabe.
Dimos muchas vueltas haciendo lo que mejor se nos da: desvariar; preguntar; interrumpirnos; responder; contar historias; reír...estando cómodos porque no había que cuidar de las apariencia ni lo que decíamos, por lo menos demasiado. Y se estaba bien.
Entretanto nos sentamos en un banco y pasamos más tiempo de lo mismo. En esta ocasión hubo silencio también, no del malo al contrario del cómplice por nada, cada uno en sus pensamientos y respirando que no había inseguridad por hablar. Las contestaciones eran las mejores.
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