Estos días están siendo forzados. Intento no perderme otra vez. Sin embargo, El Crío lo entendió.
Hace unas horas apareció en el balcón una nota con un número de teléfono porque le había caído en gracia. ¿Cómo puede ser? Nos vemos, saludamos y tiramos de gesticulaciones.
Hoy he vuelto a escribir para Roma, más bien lo he dejado en boceto. ¿Escribir para mi o para que me entiendan? No lo sé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario