Nos llevamos bien desde que nos presentaron hace unos tres años. Fácil de bromear, quizá demasiado.
Bailábamos y hablábamos de tonterías, de canciones que tocaban las orquestas, ¡alguna sabíamos!, aunque en su caso música más moderna y en el mío, música no tan moderna.
Preguntó por nuestra cercanía a nuestros padres, al no tener parentesco en sí: cambio.
Los bailes fueron más confusos y fue más táctil, venía más por la casa de C.Cano y manteníamos más conversaciones.
Bailes confusos en los que tuve que saltar pasos para retroceder. Un comentario humorístico de la madre dió fuerza a la premisa de "el `no´ya lo tienes" y cogió impulso.
Quiso bailar, pero no bailamos más y las charlas se mantuvieron en pavadas de su tiempo.
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