Unos días de caminar para recordar las calles. Iba a pasar unos días en el piso de Tercero, pero como los médicos son tan oportunos, finalmente vino él [dijo que el sofá fue buena cama, o por lo menos cumplió la función].
Eugia ya está transladando sus cosas. No es alegre y sí lo es.
Asusté a Tercero, también a algunos pasajeros del tren, porque casi me escurro por el hueco que hay para subir al vagón [los escalones y yo tenemos una relación de cuentos de hadas, vamos que es inexistente].