Antes de ir a la tierra, pasé por la que fue
guarida. Me crucé con Bonsái [de mis caídas] cuando se
enteró me mandó un mensaje para desearme un buen día en mi día.
Hice de las
mías con El Político, y me despedí de Medusa, hasta el próximo año. Señora me
llamó, no se escuchaba muy bien.
Comparto día con un compañero de BSR. A él le
pasaron el balón para que tirara mientras yo locutaba. Un rato muy divertido.
Nos sorprendieron con una tarta.
Equipaje de guerra. La alegría se acabó pronto,
cuando terminé de sacar los dulces de la maleta; preguntaron por la comida, La
Bruja terminó las broncas aclarando que me respondió que no tenía que llevar.
Dormir por la alergia, no puedo - por ahora, dame tiempo para - salir del piso
sin más. Cansa tener que explicar por qué hago o dejo de hacer; por qué dije o
no, un examen continúo en el que recriminan. Juzgan.
Intento mantener el ritmo de sus conversaciones,
solo entorpezco. Saben de la dificultad que tengo para hablar y exigen
claridad, sin paciencia para oír a la vez que dicen que no hay prisa. La apatía por hablar
aumenta.
El Rey no llegó a las manos porque se levantó
de la mesa. No oye lo que no le interesa y se defiende con excusas que nunca
han servido. La Bruja me echó en cara que no supiera hablar ni cómo hablarles. Di
la razón.